Maudie, el folclor de la vida

Reyna I. Valencia López

Maud Lewis fue una pintora canadiense que logró la atención nacional en la década de los sesenta.

Sin tener conocimientos o estudios previos sobre arte gráfico, se volvió popular por su estilo naif folk, utilizando colores vibrantes. Por ejemplo, las figuras que predominan en sus obras eran elementos del paisaje rural, como caballos, flores, gatos y pájaros.

Cabe mencionar que Maud padecía de artritis reumatoide desde su juventud, por esta razón sus cuadros tenían dimensiones reducidas, como resultado del impedimento para extender sus brazos.

Sin embargo, su discapacidad nunca fue limitación para ella, en realidad pintaba prácticamente sobre cualquier superficie: paredes, puertas, ventanas e incluso la estufa de su casa. El inmueble es tan representativo, que se vendió a la provincia de Nueva Escocia después del fallecimiento de Lewis.

Claro está, que fue su casa la que comenzó a catapultar su carrera como pintora, ya que los viajeros y turistas comenzaron a detenerse a ver la peculiar intervención que Lewis. Por otra parte, también comenzó a colocar sus pinturas en el frente de la casa para venderlas. Como resultado, se publicó un artículo en Toronto Star Weekly en 1964, inclusive Richard Nixon compró dos de sus pinturas por más de 16,000 dólares.

Lewis used leftover house paint to brighten the walls of the tiny home in Marshalltown that she shared with her husband.

Adaptación cinematográfica de la vida de Lewis

Como consecuencia de esta inspiradora historia, la vida de Maud fue adaptada al cine en 2016 en la película Maudie,  dirigida por Aisling Walsh y protagonizada por Sally Hawkins (La forma del Agua) como Maud y Ethan Hawke como su esposo, Everett Lewis.

Un dato importante, es que la película cuenta con 25 premios y 17 nominaciones en diversos festivales y muestras cinematográficas como en el Toronto International Film Festival y los Women Film Critics Circle Awards, entre otros.

Maudie, un ejemplo de ruptura

El filme retrata el maltrato que Maudie sufría a manos de su propia familia al subestimarla a causa de su enfermedad y el nulo apoyo que recibió para lograr su independencia financiera y superación artística. En consecuencia, Lewis inicia una nueva vida cuando decide trabajar para ayudar en las labores domésticas de quien se convertiría en su esposo, Everett Lewis.

Bajo esas circunstancias, con el paso del tiempo Maudie le pide a su esposo un poco de pintura, con este paso comienza su travesía artística utilizando diversos materiales como latas de sardina. Con esta intención, la película muestra el desarrollo de sus habilidades y el extraño comienzo de su relación marital, seguido del deterioro físico de sus articulaciones, además del desgarrador desenlace perpetrado por un engaño por parte de su familia.

Adicionalmente, la interpretación de Sally Hawkins le valió los reconocimientos como mejor actriz en los San Diego Film Critics Society Awards 2017 y en los National Society of Film Critics Awards 2018.

Por esta razón, Maudie es una muestra del papel del arte en la cultura pop, porque no siempre es regla el éxito de un artista consumado, por el contrario, aquel je ne sais quoi también puede cautivar las miradas y atención de los espectadores, y por supuesto, el valor del arte como elemento terapéutico y life savier para muchas personas.

Berlinale 2017. (Fotografía de Martin Kraft )

Referencias:

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