La realidad en el cine

Trabajo realizado con el apoyo del Programa UNAM-DGAPA-INFOCAB Proyecto PB402919

En El chicle en la butaca no podía faltar un número dedicado al cine documental, porque por principio, sin temor a exagerar, el cine documental deviene con la misma invención del cinematógrafo (1895) y juntos irán de la mano hasta conformar el lenguaje cinematográfico predominante hoy día y, en consecuencia, hacer del cine un arte genuino y un fiel testigo del acontecer.

El cine documental, es el primer movimiento de los géneros cinematográficos conocidos hasta ahora. prácticamente aparece con las primeras filmaciones efectuadas por los Lumiére: Llegada de un tren, Salida de una fábrica, Demolición de un muro, etcétera. Pero este género, no contento con reproducir fielmente la realidad natural y social, también aborda concretamente acontecimientos políticos y culturales de interés social. Así, aparecen filmaciones, captadas todavía por las cámaras tomavistas creadas por los hermanos franceses, en eventos como: El Zar Nicolás II en la ceremonia de su coronación, El matrimonio del Príncipe de Nápoles, Paseo en la Alameda del presidente Porfirio Díaz y su esposa, y El Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Mackingley, en discurso a la nación.

La captación en movimiento de cualquier tipo de evento que identificara, describiera, mostrara, explicara y reflexionara sobre el entorno humano, hizo avanzar un paso más al cine. Este paso más fue: el documental. Desde este momento, en que aparece este proceso fílmico, no interesa reproducir, con las vistas, la realidad tal cual es y en forma aislada. Existe la preocupación ahora por captar la parte de la realidad social con mayor representatividad y significado. Así, mejora la coherencia del filme.

Por ello, en esta edición, El chicle en la butaca, desea posicionar con el papel fundamental que tuvo en la historia del séptimo arte, el cine documental, un quehacer cinematográfico que representó en su momento, la búsqueda insaciable de acontecimientos singulares a lo largo y ancho del mundo, para luego convertirse en un aparato poderoso de comunicación al permitir al espectador, desde una butaca o la sala de su casa, a viajar alrededor del mundo, en diversas épocas o periodos, conocer otros países, ecosistemas, organizaciones sociales, económicas, políticas, ideológicas, artísticas y culturales; así como sus personajes, seres activos que cada día contribuyen a los cambios o reformas marcando con esto la historia social y natural, científica y humanística del globo terráqueo; convirtiendo los hechos en acontecimientos atractivos para un público ávido de conocimientos reales y no ya de una simple Llegada de un tren.