Navegando con héroes y villanos

Trabajo realizado con el apoyo del Programa UNAM-DGAPA-INFOCAB Proyecto PB402919

Los cómics y las novelas gráficas de superhéroes formaron parte, sin discusión alguna, de la cultura popular del siglo XX, y muy probablemente, lo seguirán siendo a lo largo del siglo XXI, a tenor de la enorme popularidad de sus adaptaciones cinematográficas. Lo corroboran algunas de las más recientes sagas como: Los Vengadores, La Liga de la Justicia, la trilogía de Batman de Christopher Nolan, Spiderman o X-Men. Una popularidad, conviene señalarlo, que no surge a la par que los flamantes efectos digitales (CGI) que hoy, permiten materializar en la pantalla hechos, personajes, y situaciones que, hasta hace muy poco, parecían exclusivos de la página impresa, es decir, de la viñeta a todo color.

El chicle en la butaca, pretende realizar, un excelente recuento de lo que ya se considera, sin margen de error alguno, un nuevo subgénero cinematográfico –dicho sea sin ánimo peyorativo- surgido al amparo del cine fantástico. No solamente se abordan los filmes en sí mismos, por sus valores creativos propios, sino por su hábil o infortunada traslación a un nuevo lenguaje, el de las imágenes en movimiento, de una narrativa pictórica netamente figurativa, donde el encuadre y su composición los son todo, sin dejar a un lado la aportación del Séptimo Arte a la configuración de una mitología ya preexistente de extrema complejidad. Es decir, que una buena película sobre superhéroes no debe orientarse en ser una atinada ilustración del cómic original, por no decir copia calca, sino que debe ir más allá.

En este sentido, la lectura del subgénero propuesto por profesores y estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM, nos recuerda a la brillante teoría del antropólogo francés Claude Lévi-Strauss, quien sostenía que los mitos no poseen autor, pertenecen al grupo social o cultural que lo relata y no se hallan sujetos a ninguna transcripción, pues su esencia es la transformación. Así lo deja más claro Lévi-Strauss: “El mitante (el narrador de un mito), creyendo repetirlo, en realidad lo transforma”.

Los superhéroes, en la novela gráfica o en un largometraje cinematográfico, son parte de nuestra naturaleza, pues nos hablan de nuestras aspiraciones, ideales, de nuestros miedos, de nuestro deseo de tener un efecto en el mundo. Por ello, a pesar de tener un respeto extremo al trabajo del Maestro Martin Scorsese, diferimos con su postura de que las películas de superhéroes no son cine. En primera instancia lo son porque su resultado depende de todo un trabajo de pre, pro y postproducción cinematográfica; segundo, porque su sustento narrativo es el lenguaje audiovisual; y tercero, porque están matizadas con la propuesta fílmica de un guionista, un director, un cinematógrafo, un editor, creativos técnicos y un conjunto actoral.

Con la acumulación de títulos cada año, el cine de superhéroes exige un mayor rigor en el análisis, el cual comporta una reflexión cultural amplia, generosa, seria, en torno a los personajes y sus aventuras. ¿Por qué? Pues porque además de unas nada desdeñables dosis de entretenimiento, introducen y desarrollan de forma vivida cuestiones relativas a la ética, a la justicia, a la delincuencia y el castigo, a la responsabilidad y el manejo adecuado del poder, a las emociones humanas y a la identidad personal.

Ya es hora de que se reconozca su mérito, y eso es lo que pretende El chicle en la butaca, sin falsos apasionamientos, sin irónicos distanciamientos “contraculturales”, sin ansias de petulante trascendencia. Los artículos contenidos en esta revista electrónica, aborda cada uno de los personajes tratados, estableciendo puentes de diálogo y de reflexión entre cada película y sus espectadores / lectores. Un trabajo que parece sencillo pero que sin duda, no lo es. Aquí reside el mayor mérito de cada uno de los textos que conforman esta primera edición de El Chicle en la butaca, su humanidad y de su gustosa (no culposa) visión del cine de superhéroes.

Bienvenidos a nuestra primera edición electrónica… que esperamos los deje pegados en nuestra butaca, pantallas e interfaces.